Me gusta escribir. Quiero escribir. Pero no se escribir…

Matizo eso… En realidad si sé escribir, incluso diría que no se me da mal. El problema es que soy muy autoexigente, y lo que escribo luego no termina de gustarme. Los textos cortos, tipo relato, es lo que más he «trabajado», llegando incluso a ganar algún corcurso (aunque fuera en el instituto) y recibir algún premio ya de adulto (aunque el relato no estuviera a mi nombre). Pero lo que yo querría, lo que supongo que toda persona que le gusta escribir querría, es escribir novelas.

Y ahí está el problema… Me pongo a ello, pero no soy capaz de darle desarrollo a lo que escribo. Y me frustro, y lo dejo. Y no quiero dejarlo, quiero escribir.

Otro problema que tengo es ser demasiado teórico. He recopilado una buena cantidad de libros sobre teoría de la escritura, guías prácticas, de estilo…Algunas las he leído, la mayoría no. Si que puedo decir que he pasado más tiempo leyendo sobre cómo escribir que haciéndolo, y eso es algo absurdo.

Por qué cuento todo esto, diréis, mis imaginarios lectores… Porque esa dinámica se va a acabar. Está web es un firme propósito de enmendar eso. Voy a escribir. Lo que sea. Lo que se me ocurra, lo que me apetezca. Empezando por reflexiones como ésta, relatos de viajes, ensayos, relatos… He visto que hay webs de escritura que proponen semanalmente retos literarios, en los que te dan una temática o un comienzo y tienes que desarrollar un relato. Voy a animarme a realizarlos , y los colgaré con la etiqueta #retos.

Lo que se trata es de acumular «horas de vuelo» por si alguna vez llega el momento de afrontar el gran reto. Y si lo consigo, genial. Pero si no, no pasará nada. Porque lo importante es escribir.

Porque me gusta escribir.